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Universidad de Sevilla, España

El desgarro del sentido: Una fenomenología-hermenéutica del acontecimiento y del duelo

Semblanza

Ignacio Vieira es actualmente docente ocasional, e investigador en formación de la Universidad de Sevilla (España), en el Departamento de Metafísica y Corrientes actuales de la filosofía. Se encuentra desarrollando una tesis doctoral sobre las nociones de Acontecimiento, Afectividad y Donación en el contexto de la fenomenología francesa contemporánea. Entre sus publicaciones podemos señalar artículos tales como: “Claridad mostrativa: humanismo y fenomenología” (revista Ideas y Valores, 2024), y “Afectividad y duelo: una aproximación fenomenológica y literaria”, (revista Anales, 2023) entre otros. Además de ser miembro de la Sociedad Española de Fenomenología (SEFE), también participa asiduamente en las actividades de la Sociedad Española de Estética y Teoría de las Artes (SEyTA) y la Sociedad Hispánica de Antropología Filosófica (SHAF).

Resumen

Se puede afirmar que la excedencia del sentido es uno de los temas principales de la fenomenología contemporánea, especialmente en lo que concierne al desarrollo francés de la misma. No debe olvidarse que la fenomenología francesa actual ha centrado gran parte de sus esfuerzos en pensar la noción de “acontecimiento”, reinterpretando así la clásica noción de “fenómeno” en términos de “acontecimiento de sentido” (Jean-Luc Marion, Henri Maldiney, Marc Richir, Claude Romano, etc.). En dicho panorama cobra especial relevancia la figura de Claude Romano, que combina aproximaciones tanto (netamente) fenomenológicas como hermenéuticas, logrando un equilibrio entre la estricta descripción de la fenomenalidad propia de los acontecimientos y la profunda interpretación y comprensión del sentido que estos aportan. Lo que nos proponemos en esta comunicación es explorar, de la mano del pensamiento de Romano, la excedencia y transformación de los horizontes hermenéuticos de sentido que provoca la irrupción y adviento de los acontecimientos. Además, concretaremos todas estas ideas en un caso ejemplar: el acontecimiento del duelo como experiencia de la muerte del otro amado. Para comenzar se hace necesario introducir la fenomenología-hermenéutica de Claude Romano. El filósofo francés distingue entre hechos intramundanos y acontecimientos. Los primeros se caracterizan por tener un sentido inscrito o articulado en una trama de sentido intra-mundana, la cual los hace inteligibles y comprensibles, explicables, incluso previsibles (ya sea de hecho o de derecho). Por otra parte, los acontecimientos son aquellos fenómenos cuyo sentido no se halla articulado de antemano en un horizonte o trama intramundana, pues con ellos adviene un sentido que irrumpe en dicha trama, excediéndola, rearticulándola, transformándola. Los acontecimientos son también inteligibles y comprensibles, sin duda, pero a partir del sentido —los “posibles”, dice Romano— que ellos aportan, y no desde horizontes previos. Por tanto, un acontecimiento nos arroja a una experiencia de extrañeza en la que el fenómeno se presta como irrumpiente, inesperado e imprevisible, inverosímil e incluso imposible. Así pues, y desde una lectura hermenéutica del acontecimiento, hay que caracterizar este como el advenimiento de un sentido no prescito o articulado de antemano en los horizontes del mundo, pero también, y sobre todo, como la transformación de dichos horizontes. De este modo, Romano llegará a hablar en términos de un “advenir del mundo”, pues la excedencia de sentido que conllevan los acontecimientos repercute en un alumbramiento o inauguración de sentido. Desde estas coordenadas pueden interpretarse tanto los acontecimientos históricos más globales como los más biográficos y personales (que no por ello menos transversales). Por ejemplo: ¿qué horizontes de expectativa y previsibilidad quedaron excedidos con la pandemia de COVID-19? Y, a su vez, ¿en qué medida han quedado transformados los horizontes de lo posible y lo verosímil tras la irrupción de la pandemia? ¿cómo ha quedado alterado el mundo tras el advenir de la pandemia? De este modo, un acontecimiento cuestiona e incluso desmiente los horizontes y márgenes de un mundo, pero también, en dicha excedencia, los amplía y transforma. Justamente esta es la cuestión que ocupa a una hermenéutica del acontecimiento. Como ya adelantábamos, es nuestra intención anclar todas estas ideas a una situación y experiencia concreta: el duelo como experiencia de la pérdida del otro amado. La labor fenomenológico-hermenéutica será, por tanto, esclarecer en qué medida la pérdida del otro amado cuestiona y excede nuestros horizontes intra-mundanos de inteligibilidad (horizontes de posibilidad, cotidianeidad, familiaridad, expectativa y previsión). A su vez, y esto será lo más importante, trataremos de analizar cómo el acontecimiento del duelo trastoca nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos. Ello conllevará también cuestionar la tradicional (y metafísica) figura del sujeto: sólo en la medida en que sepamos superar la idea de una subjetividad sustancial (subiectum) seremos capaces de concebirnos como expuestos a la afección de los acontecimientos. El caso del duelo será ejemplar, pues, y como dice Romano, “acontecimientos así no nos sobrevienen simplemente «desde fuera» dejándonos intactos; nos alcanzan en lo más íntimo, en el corazón de nuestros posibles articulados en mundo, a partir de los cuales nosotros mismos nos comprendemos”. Para todos estos análisis y descripciones nos apoyaremos en los testimonios literarios de C.S Lewis (A grief observed), y de Joan Didion (The year of the magical thinking). A partir de tales experiencias analizaremos cómo nuestra comprensión de nosotros mismos depende radicalmente del sentido abierto por y desde el otro. De este modo, su pérdida, la experiencia del duelo, supone una quiebra en nuestra auto-comprensión, quedando nuestra ipseidad tras-tocada. También tendremos ocasión de señalar cómo a la experiencia del duelo le corresponde una temporalidad propia, pues, en tanto acontecimiento irreductible a un hecho intra mundano, al duelo no le corresponde una temporalidad intra-mundana (cronológica), sino una acontecial (más próxima a lo kairológico).
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