Alexander Realizó sus estudios en Licenciatura en Filosofía (2016) y Maestría en Filosofía (2019) en la Universidad Veracruzana de México. Adicionalmente, realizó su doctorado en Filosofía Contemporánea en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Se desempeña como docente en el Centro de Estudios Superiores Guillermo Nicolás (México), además de ejercer como evaluador y director de tesis. Actualmente es miembro en la asociación Filosófica de México, y a su vez, ha tenido participación activa en diferentes seminarios, congresos, talleres y cursos a lo largo de los últimos dos años.

La fenomenología y la hermenéutica han marcado una renovada forma de entender a la filosofía y su quehacer. Por la extensa literatura con la que contamos el día de hoy podemos atender al estudio de la génesis, debates, posturas, tomas de distancia, etcétera, de estos enfoques basados en la experiencia. Así, uno de los encuentros, respecto a la apropiación y toma de distancia, ha sido el que, tanto Husserl y Heidegger, han llevado a cabo con Dilthey. Hoy día sabemos que Heidegger mantuvo un diálogo intenso con Dilthey, pues ya entre 1919 y 1923 se pueden encontrar secciones completas dedicadas al filósofo de Biebrich (Xolocotzi, 2007, p.83). Este encuentro cobra mayor extensión en el camino que se construye a partir de la lectura que inicia Heidegger al epistolario entre Yorck y Dilthey (GA 64), las conferencias de Kassel (GA 80.1), el curso de verano de 1925 (GA 20) y los ya conocidos § 10 y 77 de Ser y tiempo (GA 2). En esta cercanía con Dilthey, Heidegger encontraba en él una clara ruptura con los avatares de la subjetividad moderna, concebía que este era un pensador que reflexionaba sobre la historia desde la primacía de la vida y con notable superioridad a los neokantianos de Baden (por ejemplo, GA 60, 40; GA 63, 69; GA 20, 20). No obstante, aún con el acierto por poner en el centro de las reflexiones a la vida misma y su acceso como punto de partida de la filosofía, Heidegger criticó a Dilthey pues “no llegó a poseer ningún método propio, ni un verdadero planteamiento” (GA 20, 21; trad. 35). Por otra parte, también es conocido el diálogo que Husserl mantuvo con Dilthey. Ya más delante del artículo publicado en 1911 en la revista Logos podríamos observar una más calibrada opinión de Husserl sobre Dilthey. En 1925, se observa que Husserl declara que los estudios de Dilthey ya no le parecían necesarios para la lectura, pues tras la crítica de Ebbinghaus a sus investigaciones sobre la psicología, ya tenía “poca predisposición para captar la importancia de los escritos de Dilthey” (Hua IX, 34; trad. 103-4). No obstante, Husserl también declaraba con asombro el hecho de que Dilthey afirmara que los análisis de las Investigaciones Lógicas “obran en armonía esencial con sus Ideas”. En esta admiración, Husserl no encuentra reparos en afirmar que Dilthey se encontraba más cerca de la fenomenología que como pudo considerar en su artículo de 1911, como bien afirma Burgos, “el combate de Husserl contra el psicologismo en el Primer volumen de las Investigaciones Lógicas, se encontraba en sintonía con las críticas de Dilthey al reduccionismo naturalista” (2022, 74). Ahora bien, Dilthey ha ocupado un lugar importante dentro de las apreciaciones de Husserl y Heidegger, pero también es cierto que el filósofo de Biebrich tuvo un difícil acceso a su obra por su carácter fragmentario, además de dejar en suspenso la parte sistemática de su proyecto. Esto marcó las consecuencias de su recepción y del balance que el padre de la fenomenología y la fenomenología hermenéutica pudieron realizar. Hoy en día, gracias a la publicación de los Gesammelte Schriften nos encontramos en el momento oportuno para realizar una investigación más detenida y documentada de estos encuentros. Para esto, nos proponemos presentar el concepto de innewerden [o percatación interna como ha traducido Ímaz] como el enlace e hilo conductor entre los análisis psicológicos y hermenéuticos en Dilthey. Por los escritos sistemáticos de Breslau, ahora podemos detallar el camino que llevó al filósofo de Briebrich a exponer el inicio y tarea de la filosofía desde la vida misma, esto mediante los estudios de la individualidad y los que conciernen a la comprensión de aquello que no soy yo, es decir, psicología y hermenéutica respectivamente. Para Dilthey, ambos momentos son la expresión de una intuición inmediata [innewerden] que se da en la vida, que me permite dotar de sentido, conocer, crear valores y proyectar fines prácticos. Esta intuición es la que permite iniciar el camino de la filosofía desde la vida misma, tal como observó Heidegger, pero también el modo que permite ver cómo los edificios teóricos se construyen a partir de ella, como sugiere Husserl. Sin embargo, es preciso afirmar que, para Dilthey, la estructura que nos permite realizar experiencia de la vida (explicitada en su horizonte individual o hermenéutico) y con ello, toda construcción teórica, afectiva y proyección de fines, es motivada por el enigma de la vida (Das Rätsel des Lebens). Para el filósofo de Briebrich, la vida misma posee un carácter insondable, pues ella “se encuentra llena de contradicción, al mismo tiempo vida y ley, razón y arbitrariedad, mostrando siempre aspectos nuevos y, si clara acaso en los detalles, en su totalidad misteriosa. El alma trata de abarcar en un todo la trama vital y las experiencias que sobre ella se montan, pero no puede. El centro de todas las incomprensiones lo encontramos en la generación, el nacimiento, el desarrollo y la muerte” (GS VIII, 80). En pocas palabras, esta incomprensión reposa una relación de extrañeza frente al mundo. Pero para Dilthey, esta relación de extrañeza nos empuja a responderle de algún modo, por ello, como ejemplo, vemos a la muerte mediada por representaciones, que pueden ser fantásticas, religiosas y metafísicas. El pensador de Biebrich busca dejar en claro que las incomprensibilidades en las que se basa la vida son llevadas a una trama de sentido. Para Dilthey hay una relación de pregunta y respuesta entre el enigma de la vida y nosotros mismos como estructura comprensora de ella. Nuestro filósofo no vacila en afirmar que el enigma de la vida es el que nos mueve, por medio de preguntas como “¿de dónde vengo? ¿para qué estoy aquí? ¿qué será de mí?” (GS VIII, 208) a enmarcar nuestra experiencia de la vida en un cuadro de sentido. Por todo esto, nuestra propuesta se mueve en tratar de explicitar el modo de extrañeza del enigma de la vida, pues para Dilthey extrañeza y descripción de nuestra estructura psicológica y comprensora se encuentran vinculadas. Por decirlo de algún modo, nuestra experiencia de la vida no se activaría si no tuviéramos delante su misma extrañeza. Nuestro análisis busca, en última instancia, poner en vinculación la percatación interna (innewerden) con su motivo, el enigma de la vida (Das Rätsel des Lebens).