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Universidad Nacional de Colombia

La experiencia de lo extraño en el performance y la instalación: confrontaciones entre arte y técnica desde Heidegger y Benjamin

Semblanza

Estudiante de filosofía de la Universidad Nacional de Colombia y abogado de la Pontificia Universidad Javeriana. Ha sido profesor de la Escuela de Diálogo, Innovación y Liderazgo del Instituto Holandés para la Democracia Multipartidista. Actualmente es profesor de cátedra de filosofía e historia del derecho de la Pontificia Universidad Javeriana. Hoy por hoy, es investigador y coordinador del área de innovación en la Fundación iDeemos. Experiencia en escritura. Añadido a esto, es miembro del semillero de Hermenéutica en la discusión filosófica contemporánea. Ha publicado algunos artículos tales como: "El discurso profano del derecho penal colombiano" (2020, revista Universitas) y del artículo "Límites constitucionales a la autonomía de la voluntad privada", en coautoría (revista española ELSA, 2018).

Resumen

En esta ponencia vamos a reflexionar, desde un enfoque hermenéutico, acerca de la experiencia estética de lo extraño. Este enfoque nos llevará a considerar problemas ontológicos y a la vez abrirá caminos a nuevas preguntas para futuros estudios sobre la experiencia estética de lo extraño en ámbitos políticos, sociales y culturales. El problema central lo vamos a trabajar a través de una interlocución entre Martin Heidegger y Walter Benjamin, en la que comprenderemos sus puntos de diferencia y encuentro en relación con el arte y la técnica. Finalmente, presentaremos el importante lugar que ocupa la instalación como obra de arte en nuestra época, a la luz de la discusión planteada por Juliane Rebentisch con estos dos autores. La reflexión con y a partir de estos autores nos permitirá caracterizar a la técnica moderna, plantear el problema sobre la experiencia de lo extraño en el arte y dar rodeos en torno a nuestra pregunta central. Dicha pregunta es: ¿cómo la obra de arte tiene el potencial de llevarnos a una confrontación con la técnica moderna, para así poder experienciar una relación con los otros y con nuestro mundo más allá de los supuestos originados en la poca de la técnica moderna? En torno a esta pregunta, entenderemos de qué manera la obra de arte (especialmente la instalación) puede generar una ruptura de nuestra familiaridad con los discursos originados en la época de la técnica. Veremos que el arte abre nuestro horizontes de sentido a otras maneras de comprender al mundo y a nosotros mismos. El arte es un acontecimiento, algo extraño que nos desacomoda, pero nos permite abrir nuestro mundo a nuevos fenómenos y tener una experiencia compartida de ellos. Ahora bien, para llegar a esta pregunta, instalarnos en ella y ocuparnos de sus efectos, nuestro punto de partida será el problema expuesto por Heidegger en La pregunta por la técnica. En dicho texto, luego de describir al engranaje (gestell) como la esencia de la técnica moderna y de presentarnos la manera en que la técnica oculta la experiencia del develamiento del ser, Heidegger indica que el arte es un ámbito en el que tiene lugar una “meditación sobre la técnica y la confrontación decisiva con ella” (2021, p. 55). Para abrir paso a nuestra reflexión, tendremos que comprender primero qué es “eso” que la técnica moderna (pese a ser una forma en que se devela el sentido) nos oculta cuando predomina y se constituye como “fondo permanente” (2021. p.43). Para ello, es indispensable tener en cuenta cómo Heidegger (2015) concibe en la Carta sobre el humanismo la relación indisociable entre el sentido que se devela y el Dasein que atiende a ese sentido. Veremos que esa relación es propia de la manera en que comprendemos a nuestro mundo y a la verdad que se devela en cada época. Pero también comprenderemos que esta relación se nos oculta cuando la técnica moderna y los discursos que se desprenden de ella generan que nos reconozcamos a nosotros mismos y a nuestra relación con el mundo a partir de supuestos. Estos supuestos implican que nos reconozcamos como individuos aislados de toda comunidad, capaces de imponernos, controlar y dominar al mundo en el que vivimos. Los otros y nuestra relación con el mundo, pese a ser lo más cercano, se nos presenta como algo extraño, un fenómeno lejano y poco familiar, gracias al poder discursivo de la época de la técnica moderna. Para dar rodeos y profundizar en torno a esta cuestión, tendremos que acudir a Benjamin (2018; 2021; 2013) y comprender su noción de técnica moderna, los efectos de esta sobre la obra de arte y la manera en que, según él, no vivimos en la época del aura, sino en la de la exhibición de la obra de arte. A partir de estos conceptos, podremos cuestionar cuáles son las potencias y peligros de la obra de arte frente a la época de la técnica moderna. Una vez hayamos ganado este terreno conceptual, vamos a contrastar dichas nociones benjaminianas con el aparato teórico expuesto por Heidegger en El origen de la obra de arte (2018). A partir de este texto, veremos cómo Heidegger entiende a la obra de arte como un fenómeno capaz de irrumpir en los marcos de sentido y desacomodar los horizontes de comprensión con los que estamos familiarizados. Veremos cómo la obra de arte tiene el potencial de exhibir un sentido que se devela en una época y abrir nuestros marcos de comprensión para experienciar ese sentido de forma colectiva. ¿Pero de qué manera se nos da esa experiencia? La obra de arte tiene el potencial de despertar en nosotros temples de ánimo fundamentales que podemos mantener a través de nuestra relación con el arte. Para explorar estas ideas acerca del temple de ánimo acudiremos a algunos planteamientos expuestos por Heidegger en Los conceptos fundamentales de la metafísica (2010). Así mismo, contrastaremos estas nociones con los conceptos de Benjamin (2018) de contemplación y distracción y así revisaremos las posibilidades que tiene el arte de nuestra época para permitirnos experiencias colectivas. Veremos cómo la obra de arte es capaz de despertar temples de ánimo en una colectividad y cómo de esta manera nos desacomoda y nos saca de nuestra idea hermética de individuos aislados que son dueños del mundo. Ahora bien, para profundizar en esa experiencia compartida desde el arte, nos vamos a concentrar específicamente en la instalación y las propuestas que tiene Rebentisch (2018) frente a las ideas heideggerianas y benjaminianas. Con Rebentisch veremos cómo la instalación es la expresión artística que tiene mayor potencial en nuestra época para despertar un temple de ánimo fundamental y abrirnos a una experiencia colectiva del arte. Entenderemos cómo la instalación es el punto de encuentro entre Heidegger y Benjamin y de qué manera es una respuesta del arte contemporáneo para confrontar y reflexionar en torno a la técnica.
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