En un conocido pasaje de Verdad y Método Gadamer desarrolla la noción hermenéutica de experiencia de la mano del concepto hegeliano de la misma que hace de ella algo esencialmente negativo. Según este análisis, la experiencia humana es fundamentalmente negativa porque su momento definitivo no reside en la aprehensión de lo que las cosas son, sino más bien en el instante decepcionante en el que se advierte lo que las cosas no son. Visto así esta negatividad no se reduce a la simple actitud de una conciencia subjetiva sino que resulta constitutiva del ser mismo de la realidad, en otras palabras, no es tanto que nosotros neguemos las cosas sino más bien que reconocemos la negación que las cosas ejercen sobre sí mismas. Para la hermenéutica entonces, como para Hegel, la negatividad es ante todo una noción ontológica y no meramente lógica. Sin embargo, la negatividad hermenéutica conduce a una concepción del ser como puro acontecer que resulta claramente incompatible con el Absoluto hegeliano. En esta ponencia me propongo desarrollar, en contraste con Hegel, los rasgos generales de la negatividad en Gadamer, y examinar al hilo de este análisis la idea hermenéutica de acontecer.