Arturo Cardozo es Magister en filosofía (2018) por la Universidad del Norte con una tesis titulada: «Sartre y los caminos de la conciencia». Actualmente adelanta estudios doctorales en la Universidad de Antioquia, con una investigación titulada «Del Dasein a la conciencia: Un salto de la analítica existencial heideggeriana al existencialismo sartreano», además, es profesor de la Universidad del Atlántico (barranquilla-Colombia), impartiendo cátedras tales como Filosofía Contemporánea, Sartre y la Fenomenología, Escepticismo y Humanismo en el siglo XXI. Es miembro del grupo de investigación Cronotopías (Universidad del Atlántico), contando así con varios proyectos investigación en relación al problema de la conciencia y publicaciones en revistas de alto impacto.

Para Heidegger en lo indeterminado de la angustia el mundo adquiere un carácter de total insignificancia, pues no hay ninguna causa concreta que sea responsable de dicho estado afectivo; es un estado en donde nada importa. Póngase por caso la siguiente descripción: Es un día cualquiera para María, esta se encuentra realizando sus quehaceres diarios y en un momento tiene un sentimiento de angustia, todo lo que está a su alrededor, el mueble, los libros, el computador, en un instante le resultan carentes de todo sentido. Así mismo, las personas con las que se pudiese encontrar no tendrían ningún valor para María, incluso para sí misma se siente indiferente, su cuerpo, recuerdos, pasado o futuro no tienen ningún significado. No es que esta mujer angustiada haya perdido toda sensibilidad, por el contrario, lo que experimenta María es una fuerte sensación de desazón, un malestar que no tiene causa alguna, y que la hace sentirse extraña (García, 2015). En otras palabras, en la angustia el sentido que se le encontraba a la vida, a los otros e incluso así mismo se ha perdido; como afirma Chillón (2016): “Por la angustia, el hombre se descubre a sí mismo y al mundo como sin sentido: nada llena su existencia, nada calma su desasosiego, nada sacia su búsqueda de respuesta” (p.222). Cómo se puede ver hay estrecha relación entre la perdida de sentido, el sinsentido, y la angustia. ¿A qué se debe esto? Para el filósofo alemán si los estados afectivos muestran “cómo uno está y cómo a uno le va”, para el caso de la angustia, lo que se indicará es que “en la angustia uno se siente desazonado” (Heidegger, 1927, p.210). ¿Qué significa sentirse desazonado? Además de ir acorde con la anterior descripción, sentirse desazonado también hace referencia a lo terrible de la angustia, ¿qué es lo terrible de la angustia? Se empezará por responder que Rivera traduce la expresión “ist einem unheimlich” como “uno se siente desazonado”. Rivera opta por traducir unheimlich como desazón y no inhóspito como lo hace Gaos, pues, aunque lo etimológico de la palabra unheimlich quiere decir “que no tiene hogar”, la palabra inhóspito apuntaría a una interpretación de no sentirse acogido; en cambio, la palabra desazón apunta al hecho mismo de lo terrible que puede ser sentirse fuera de tiempo, fuera de sazón. Todas estasobservaciones indican que lo terrible de la angustia es el sentirse sin hogar, no tener donde estar, creerse que no se pertenece a ninguna parte (cf. Rivera, 1997). La presente ponencia tiene por objetivo profundizar en lo terrible de la angustia desde el análisis heideggeriano para así dar una descripción de la experiencia del sinsentido que, cómo ya se dijo, guarda absoluta relación con el sentimiento de angustia.